Expertos señalaron a teleSUR que el ataque forma parte de una guerra psicológica en la cual Israel tiene basta trayectoria.

El reciente ciberataque israelí contra el sur del Líbano no solo deja un saldo provisorio de 11 muertos y miles de heridos, sino que también produce una situación de terror y psicosis en la ciudadanía.

El analista Raphael Machado, consultado por teleSUR, ofreció una visión crítica del ataque israelí y señaló que el uso de la tecnología cibernética es una táctica diseñada para generar terror y desestabilización entre la población civil.

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“Este ataque no solo afecta a los enemigos militares; busca desestabilizar a la población civil, incluyendo a niños y adultos. Es una forma de guerra psicológica,” explicó Bueno.

Según el analista, el ataque refleja una estrategia más amplia que se aleja del enfrentamiento militar convencional y se enfoca en sembrar miedo y desmoralización entre la población.

Machado también resaltó que el ataque israelí podría interpretarse como una forma de psicopatía colectiva, donde se utiliza la religión para justificar actos de violencia.

“Es un patrón recurrente en la praxis de guerra israelí. Han intervenido en medios de comunicación y realizado ciberataques como parte de su estrategia para desmoralizar a sus adversarios,” añadió.

En tanto, Machado criticó la falta de respuesta efectiva por parte de la comunidad internacional, que ha expresado preocupación pero no ha tomado medidas concretas contra Israel.

Esto, a pesar de que en el sur del Líbano, el ataque ha tenido un impacto devastador en la infraestructura y en la estabilidad mental de los ciudadanos y los hospitales están desbordados con heridos. Crisis que se es aun peor debido a la interferencia en las comunicaciones.

Como consecuencia, los residentes han sido testigos de un ataque sin precedentes que ha dejado a la población vulnerable y sin recursos esenciales para enfrentar la emergencia.

La crítica también ha llegado desde el ámbito diplomático. El Ministerio de Exteriores de Líbano ha denunciado el ataque ante el Consejo de Seguridad de la ONU, buscando una respuesta internacional que hasta ahora ha sido insuficiente. La falta de comentarios oficiales por parte de Israel ha contribuido a una sensación de impunidad, complicando una respuesta global contundente.

Por su parte, el analista internacional Daniel Lobato destacó cómo el ciberespionaje y la manipulación tecnológica forman parte de la estrategia israelí.

El entrevistado recordó incidentes previos, como la interferencia en la televisión palestina durante la segunda intifada, como ejemplos de cómo Israel utiliza la tecnología para controlar la narrativa en los conflictos.

“La tecnología no solo se usa para atacar infraestructura, sino también para crear desinformación y terror. Esto afecta tanto a la infraestructura física como a la percepción pública,” indicó Lobato.

También subrayó que el ataque en Líbano está en línea con una tendencia global donde tecnologías avanzadas se utilizan para la guerra psicológica y el espionaje.

Y resaltó que este ataque pone en relieve la necesidad de una respuesta internacional más efectiva para abordar no solo el impacto inmediato de estos ataques, sino también las implicaciones a largo plazo para la seguridad global.

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